miércoles, 8 de octubre de 2014

¿Es realmente posible todo aquello que nos ofrecen?

Esta es una pregunta de gran trascendencia que todos deberíamos plantearnos.
Quizá ya lo hagamos.
La sociedad ha vuelto al nivel de exigencia de aquellos tiempos en los que los derechos de los trabajadores y las mujeres eran vulnerados o cercenados a capricho de unos pocos creídos de autóritas y potestas sobre los demás.
Hoy las redes sociales y expertos en marketing político hacen sondeos de opinión, indagan en la vida privada de aquellos que salen o pretenden salir a la palestra, y, con más o menos criterio, influyen en una gran parte de la opinión pública.

  • De plena actualidad el vergonzoso comportamiento de los Consejeros de Caja Madrid , que en plena crisis económica, despidos  masivos y desahucios, gastaban cifras exorbitantes sin declararlas a la Hacienda Pública, y a su vez, estas entidades declaraban en sus impuestos de sociedades como pérdidas.
  • De plena actualidad también los fallos del sistema de vigilancia sanitaria en el caso de la enfermedad del Ébola, donde los protocolos han servido de muy poco y el desconcierto ha campado a sus anchas.
  • Ni que decir tiene, que la actitud de muchos políticos aferrados a sus cargos o utilizando puertas giratorias hacia Consejos de Administración de empresas relacionadas con las AAPP, o incorporándose a los órganos Consultivos del Estado o CCAA, es más que de dudosa moralidad.

Dicho esto y en base a los discursos que recientemente se predican ,todo parece tener solución.
El problema es que esto ha ocurrido porque ellos no estaban en el poder, si nó, esto nunca habría ocurrido...etc etc. Estos y otros discursos están disponibles en las hemerotecas y grabaciones digitales desde hace más de dos siglos.
Nos prometen el paraiso y la decencia pero cuando ostentan el poder no modifican ni un ápice las estructuras que lo sustentan. ¿queréís saber mi opinión de porqué ocurre esto? Simplemente porque no pueden luchar contra unas estructuras sólidamente construidas si su pretensión sincera no es derribarlas y hacer otras nuevas.
No quiero decir que no se puedan modificar algunos aspectos legalmente, pero si de base no se tiene claro cuál es la finalidad de  una estructura de Gobierno , sea administrativo, empresarial o local, nunca podrán surtir efecto las modificaciones legales que se hagan.
Por mucho que la Ley prohiba circular a más de 120 en autopista, si no se educa a las personas en el peligro para si y para otros que esto conlleva, siempre habrá conductores que sobrepasen estos y otros límites.
No es cuestión solo de Leyes de Transparencia y de cambios de color en los Gobiernos sean del ámbito que sean. Es cuestión de educación en valores, honestidad,perseverancia y  moralidad, si, en moralidad, palabra denostada y ridiculizada por muchos, que hoy es más necesaria que nunca.
No basta con criticar, hay que actuar y dar ejemplo. De esto saben poco los partidos políticos, las organizaciones empresariales y los sindicatos. Una lástima..