viernes, 19 de febrero de 2021

TÓXICOS, TÓXICAS Y TOXINAS.

No creo que a nadie le quepa duda a estas alturas del partido, de quién o quienes están detrás de los últimos actos  subversivos acaecidos en importantes ciudades de España. Pero quizá debamos detenernos un momento y reflexionar  acerca de el porqué de estos actos violentos.

Jóvenes y no tan jóvenes aprovechan la  más mínima oportunidad para mostrar su odio y una rabia desmedida, intentando derrotar al Estado de Derecho y a quienes lo propugnan y defienden.

Podría ser por varios motivos: bien porque de verdad se esté viendo coartada su libertad de expresión, o quizá sea porque el Fascismo ostenta el poder en nuestro País y es urgente y necesario librarnos de sus garras, o más bien porque llevamos demasiado tiempo permitiendo una involución política que no nos llevará, ni a ellos ni a nosotros, a buen puerto.

¿Cómo lo hemos permitido? me pregunto. Quizá hemos hecho dejadez de nuestros derechos y de nuestra función como sociedad  responsable, a la hora de elegir adecuadamente a aquellos que dejamos decidir políticamente  nuestro futuro y a qué dedican estos su tiempo ( el que el resto pagamos) y esta es una de sus consecuencias, aunque posiblemente no sea la más grave, ya que ésta puede estar aun por llegar. 

La corrupción de unos, la indecisión de otros, las vaguedades y las improvisaciones  del resto, o bien la distancia al ciudadano de a pie, ayudan poco a la hora de que tomemos la decisión mas correcta y esto es , y no otra cosa, lo que ha permitido y coadyuvado a  que personas tóxicas, con pensamientos tóxicos y cargados de toxinas irrumpieran en el escenario político.

Unos alientan desde sus cómodos y privilegiados sillones al radicalismo y a la barbarie al grito de "lucha antifascista", como si España estuviera en los tiempos de la Falange de las JONS, y otros callan esperando  rédito político , o más bien que la pelota no se les vuelva en su contra y les pase factura, otorgando crédito con su silencio.

No diré que tenemos lo que nos merecemos, pero si diré que tendremos lo que nos merezcamos; y hablo a futuro porque el futuro está ahí, a la vuelta de la esquina, esperando a que tomemos la decisión de actuar o de callar ante lo que nos ocurre.



sábado, 13 de febrero de 2021

A la Constancia la suelen Llamar Suerte...

El Mundo se pone patas arriba por un bicho minúsculo que ocasiona terribles consecuencias en la salud y nos demuestra que estábamos en un error constante y peligroso. Nada es lo que parece. Ni estábamos preparados, ni teníamos el mejor sistema sanitario, ni somos invencibles, ni viviremos 150 años, y lo que es peor, no tenemos ni idea lo que ocurrirá mañana.

"A la constancia la suelen llamar suerte" dice un dicho del saber popular, aunque esto sea un gran error

No podemos depender de la suerte para esperar que esta situación sanitaria y social se solucione. La constancia es la herramienta adecuada.

Por un lado, debemos ser constantes en nuestra protección personal frente a este virus y los que vengan; debemos ser constantes en la concienciación social para que todos entiendan que es una cuestión grupal, y debemos ser constantes en la lucha  diaria por un futuro libre de pandemias para las próximas generaciones.

Por otro, tampoco será la suerte la que decida si tenemos a la gente apropiada en los puestos apropiados. Buena muestra de ello son las noticias vergonzantes que leemos y escuchamos en los distintos medios de comunicación respecto a aquellos que ,sin pudor alguno, se han puesto por delante de nuestros ascendientes a la hora de protegerse contra este virus, y lo han hecho a hurtadillas, amparándose en la protección que da el factor "Poder Público". Han despreciado y desprestigiado su posición  de garante sin pensárselo un minuto, lo cual debería llevarnos a  reflexionar seriamente sobre su idoneidad y método de elección.

Otra muestra añadida son las contradicciones y versiones contrapuestas e incluso antagónicas de aquellos que nos gobiernan,  independientemente del nivel y color de dicho Gobierno. Contradicciones que nos llevan de aquí para allá sin rumbo y sin sentido.

La inmensa mayoría nos levantamos todos los días muy temprano y salimos a la calle a luchar por una mejor calidad de vida y un  futuro mejor; y sabemos  que no podemos depender de la suerte para lograrlo, sí de nuestra constancia. Y esto, si queremos superar esta situación, deberíamos aplicarlo al resto de situaciones que nos rodean.