Es una realidad manifiesta que los españoles, tengamos o no derecho a voto, nos enfrentamos a una singladura que dejará huella en nuestra perspectiva( ya bastante dañada) acerca de la calidad y altura de miras de aquellos a los que,en teoría , depositamos nuestra confianza para que llevaran a buen puerto el futuro político y social que nuestro país necesita. Y digo en teoría, porque dicha confianza debería ser el fiel reflejo de la esperanza/recompensa por los esfuerzos y sacrificios que a diario llevamos a cabo todas las familias españolas desde hace demasiado tiempo. Pues no, una vez más, no la han tenido, y nosotros pagaremos las consecuencias.
Seguramente,algunos de ellos no han entendido el mensaje, y esto, sin duda,demuestra de manera clara que su mayor preocupación no es el interés general, aunque se escuden en él a la hora de sostener su negativa al acuerdo o a la cesión por el bien común.
En dos ocasiones los españoles tuvimos voz mediante el ejercicio de un derecho que refleja nuestra voluntad sobre quién queremos que defienda nuestros intereses.En la primera no pareció quedar claro pero en la segunda ,en mi modesta opinión, si. Los españoles, en su mayoría, apostamos por una continuidad en políticas económicas que terminaran de sacarnos de esta crisis social y económica que tantas victimas se ha cobrado.Fuimos a las urnas y dimos un mensaje alto y claro: Se acabaron las mayorías absolutas y empieza la obligatoriedad del acuerdo y del consenso.
Este es el país y las políticas que queremos, un país donde los políticos piensen y defiendan todas las posturas, nos gusten más o nos gusten menos, en el que , cediendo unos y otros, se logre un equilibrio que nos permita prosperar y tener una visión de futuro más positiva.
No puedo evitar aclarar que no todos los actores han tenido el mismo comportamiento.
El Partido Popular,por boca de su presidente, Mariano Rajoy, desde el mismo día 21 de diciembre manifestó su deseo de acuerdo y de coparticipación política en los principales problemas de Estado.
C´S , rectificando sus manifestaciones iniciales ha procurado ser punto de enlace para intentar salir de esta situación de punto muerto.
El PSOE ,o más bien su actual líder Pedro Sánchez, se ha comportado como ese niño enrabietado al que no le quieren dar el regalo que de momento no merece.
Y mientras tanto, nosotros nos quedamos como bobos a los que están tomando el pelo sin saber que hacer.
Las opciones inmediatas no son muchas: O bien el PSOE se abstiene y deja gobernar, o se alía con Podemos, etc etc y monta un gobierno pentapartito, o bien vamos a nuevos comicios.
Quizás, y solo digo quizás,sea necesario que volvamos a hablar más alto y más claro si esto último se produce.
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