Nuestra querida Región lo necesita más que nunca. Olvidar, eso sí,
todo aquello que nos causa tristeza, angustia o desasosiego.
Es
uno de los principales síntomas aparentes de esta dura y grave enfermedad. Y lo sufren los
que la padecen y sus seres más cercanos.
Sin
embargo, en esta ocasión, padecer ese síntoma no nos reportaría ningún perjuicio.
Mercadeo
de esclavos, nocturnidad, cloacas, sobornos, chorizos, traidores,
sinvergüenzas, corruptos, cohecho, tránsfugas, cobardes, persecución política,
querellas, vete al médico... Estas y otras lindezas hemos escuchado y leído a
nivel regional y nacional en la boca y escritos de nuestra querida clase
política.
Perdonarme
que me ponga serio. Nuestra Constitución dice en su artículo 6: "los
partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la
formación y manifestación de la voluntad popular y son un instrumento
fundamental para la participación política..."
Os pido que os detengáis un momento en alguna de ellas: Pluralismo político, voluntad popular, instrumento fundamental, participación.
¿Acaso defender y respetar estos principios no enriquece al interés general?
Me
es indiferente quién, por qué, cómo y cuándo. En general, no han dado la talla.
Se
les presupone valores, principios, cierta talla moral y mucha ética política, sí, pero sobre todo sentido de
Estado y saber estar ante situaciones de gran calado como la que España y el
Mundo entero está sufriendo.
100.000
personas han fallecido por Covid-19 y ellos a la suya. Intentos de supervivencia, luchas internas, cambio de sillones y
poco más.
Tristeza
e indignación es lo que siento ante este espectáculo que no tiene visos de
finalizar, y mucho menos, de que lo podamos olvidar.